jueves, 24 de mayo de 2012

RECTOR ENRIQUE DE CALDAS BARBOSA Y SANTIAGO



Nació en Santafé. Era hijo del alférez don Francisco de Caldas Barbosa y de doña Magdalena de Santiago, naturales de Santafé. Fue uno de los primeros quince colegiales que iniciaron (XI colegial formal de primera fundación) estudios en 1653 bajo la tutela de los frailes dominicos. En 1665, pasante de la cátedra de artes y desde 1666 catedrático. Fue rector tres veces, la primera desde 1667 hasta 1668; la segunda, desde 1670 hasta 1672, y la tercera desde 1680 hasta 1682. Consiliario en 1677. Se graduó de doctor en teología. En 1669 entro como cura propio de la catedral de Santafé. En 1668 fue canónigo tesorero, pasó a maestrescuela y chantre. El retrato que hace parte de la colección rosarista, fue realizado por el pintor Gregorio Vázquez de Arce y Ceballos, quizás puede que sea su mejor retrato, la expresión del rostro nos atrapa desde la hondura de la mirada. Al parecer el cuadro se realizo antes de ser nombrado rector don Enrique de Caldas, una vez se hizo el nombramiento otra persona pinto la beca y su contenido.

EL PRIMER RECTORADO

Fue elegido rector el 18 de diciembre de 1667 hasta el 18 de diciembre de 1668. Durante el año de su desempeño como rector se esmero tanto por el Colegio Mayor del Rosario que recibió el agradecimiento de los colegiales quienes lo reeligieron luego. Puesto que las constituciones del Colegio Mayor establecían que el patrono debía subsanar los problemas financieros, el doctor Caldas solicito un auxilio económico a la patrona del Colegio Mayor, la reina doña Mariana de Austria, quien se hallaba como gobernadora. La reina le notifico al presidente de la real audiencia que “por parte del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario se me ha representado la suma pobreza a que ha llegado por lo menos cabos de sus rentas y que por esta causa no se podía acudir a la conservación y permanencia de el, ni al reparo de sus edificios y que hubiese congrua para que se leyesen todas las facultades de su concesión y que solo cursaban la de filosofía, teología y jurisprudencia las cuales sustentaba y conservaba mas aplicación que los colegiales tenían a las letras que el estipendio de las cátedras por haberse consumado los efectos que para su paga estaban consignados”. El auxilio económico llego años mas tarde.



EL SEGUNDO RECTORADO

El 18 de diciembre de 1670 los colegiales eligieron por segunda vez como rector al doctor Enrique de Caldas Barbosa y Santiago, cura de la parroquia de la catedral en Santafé. A comienzos de 1672 los colegiales debieron presentar una solicitud al patrono del colegio mayor y presidente del nuevo reino de granada, don fray Juan, arzobispo de Santafé, para que le concediera una dispensa de residencia al doctor Caldas puesto que, en virtud de una disposición del concilio de Trento, existía la prohibición de que los curas se ausentaran de sus curatos ya que, de hacerlo, perderían el beneficio, y esa era la situación del rector elegido, porque era cura propio de la catedral de Santafé. La dispensa de residencia solicitada por el Colegio Mayor era solamente por el tiempo que duraba el periodo del rector y según lo aseveraron el vicerrector, los consiliarios y los quince colegiales presentes. Pero la razón más importante para mantenerlo en la rectoría fue por tener largas experiencias en el mucho amor con que mira al dicho colegio en la vigilancia y cuidado con que asiste. Sin embargo, el arzobispo tenía serias dudas sobre si podría dar licencia, para lo cual solicito la opinión de los conventos de predicadores, de San Agustín y San Francisco los cuales respondieron de manera positiva, lo cual movió al arzobispo a concederla la dispensa de residencia “para que pueda asistir como rector elegido y nombrado de dicho Colegio los tres años de la dicha rectoría.


EL TECER RECTORADO

El 27 de noviembre de 1680 el vicerrector, consiliarios y los colegiales, le suplicaron al presidente del Nuevo Reino de Granada don Francisco Castillo de la Concha como patrono del Colegio, establecer el periodo de rector por trienios. El vicepatrono acepto y a partir de esa fecha el periodo del rector fue de tres años. El 7 de diciembre de 1680 el rey don Carlos II expidió una cedula real solicitando un informe sobre la situación del Colegio Mayor para socorrerlo con algún auxilio económico. El 15 de diciembre de 1681 el rector presento el informe al presidente gobernador y capitán general don Francisco Castillo de la Concha en el cual decía que “los catedráticos actuales son, el de prima de teología y cánones, vísperas de teología moral, artes liberales y gramática, el año pasado (1680) se leyó la cátedra se leyó la cátedra de instituta y por haber suspendido al catedrático los señores de esta Real Audiencia no se lee este año. Las rentas consignadas a estas cátedras de fundación son trescientos patacones, las de prima de teología cánones, leyes y medicina a doscientos patacones, las de vísperas a doscientos patacones y la de artes a ciento y cincuenta con lo que percibe los catedráticos, porque con la necesidad grande que padece el Colegio asisten por su fomento y de lo que hay les acude con alguna ayuda de consta de rector”. Durante el año de 1682 el Colegio Mayor siguió en la misma situación de pobreza ya que el auxilio económico vendría a ser efectivo años después. Al salir del rectorado se dirigió a Madrid como apoderado del Colegio Mayor.



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